El eterno debate.
¿Es verdad que el fútbol era más bello en tiempos pasados o es un nostálgico intento de los más viejos por preservar un poco de la juventud que poco a poco se les escapa entre las manos?
Es difícil medirlo, difícil de poner un parámetro y sobretodo muy difícil poner de acuerdo a la gente de diferentes épocas. Muchos dicen que el primer amor nunca se olvida y siempre tendrá un lugar especial en nuestros corazones, al igual que el primer equipo que nos enamoró con su juego, el primer ídolo que nos deleitó con su estilo, siempre tendrán un lugar especial en nuestra memoria y que por eso cada generación defiende a los ídolos que marcaron su época.
Yo pienso diferente. Nuestra sociedad hoy en día, cada vez se centra más en generar un beneficio con menor esfuerzo en todos los ámbitos de la vida humana, gracias al modelo capitalista que impera a nivel económico en el mundo y al desarrollo tecnológico que trata de simplificar y facilitar nuestras vidas. Es bien sabido por todos que el fútbol y sus acontecimientos son un reflejo de la sociedad en la que vivimos y al igual que nuestra sociedad el fútbol y sus protagonistas están cada vez más condicionados por una estadística y un resultado, obligando a los jugadores a relegar la plasticidad de su estilo de juego a segundo término, enfocados únicamente a ganar títulos, a romper marcas goleadoras y a asegurar su futuro y el de sus familias, debido a esto los aficionados notamos una ausencia de jugadores que consideremos dignos de llenar los zapatos de las leyendas del pasado. Un ejemplo es la gran racha que tuvo el fútbol español (Barcelona y Selección): gran planeación y preparación en los entrenamientos, poco desgaste físico de sus jugadores en los partidos, bastante eficiente, ganando muchos campeonatos y ejerciendo un dominio abrumador durante varios años; sin embargo su estilo de juego no era muy vistoso ya que se basaba en la posesión del balón y no en fabricar jugadas de gol. Ambos equipos hicieron historia ya que tienen un palmarés envidiable y rompieron varios récords que los tienen siempre en el debate para elegir a los mejores equipos de la historia, sin embargo, los que vieron a otros equipos históricos (el Santos de Pelé, el Madrid de Di Stefano, el Ajax de Cruyff, el Milán de los holandeses, del dream team de Cruyff en Barcelona, entre otros) se niegan rotundamente a aceptar esto, apoyados en la teoría que dicta “El fútbol no es un deporte que pueda regirse por medio de estadísticas”. Yo apoyo esta teoría ya que por más que se pronostique una victoria de un equipo de acuerdo a complejos índices basados en estadísticas, un partido es parejo al estar 11 enfrente de otros 11, con la misma hambre de trascender.
Algunos podrán estar en desacuerdo con mi opinión y decir “Messi es el mejor jugador de la historia, mira sus números”; no los juzgo por pensar así, recordemos que nuestra sociedad nos ha enseñado a calificar a las personas por los logros que tienen, sólo creo que es una lástima que piensen de esa forma, privándose de disfrutar las cosas de la vida mediante la belleza que es apreciable con nuestros sentidos. Allá ellos. Cuándo tengo que debatir este tema con alguien, me gusta contestar con esta comparación entre Cristiano Ronaldo y Ronaldo “El Fenómeno”. Los números de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid son aplastantes, incomparables con los del jugador brasileño (superado incluso por Benzema dentro de la institución). Cristiano es uno de los máximos representantes del fútbol actual, que yo lo comparo con una máquina de producción en serie. Si. Cristiano es una máquina de hacer goles, entrena para ello, no importa cómo, lo importante es fabricar gol tras gol, en la menor cantidad de tiempo posible, haciendo su parte en la cadena de producción. Perfecto para le época que vivimos. Por otro lado está Ronaldo el brasileño, al que lo comparo con un artesano. Talento nato. Goles hechos a mano, folclóricos, con un grado estético impresionante. En el ámbito económico, las industrias se sostienen gracias a la producción en serie y los artesanos están en peligro de extinción. Lo mismo pasa en el fútbol y lo podemos comprobar con la desaparición del enganche.
¿Cuál época es mejor entonces? Nunca nos pondremos de acuerdo. Hay jugadores y estilos de juego adaptados a la época actual y lo único que nos queda a los románticos del fútbol es esperar a que el entorno cambie, back to basics y poder disfrutar de nuevo un fútbol digno de ponerlo en exhibición en el Louvre.
Adrián Aguado Espinosa